Una primavera de lluvias pausadas, unido a la reducción de la actividad de conservación de los espacios públicos, un aumento de nuestra capacidad de observación, unido a la añoranza de lo que no se puede disfrutar, ha fomentado estos días un clima y debate necesario en relación a la vegetación espontánea que florece en las ciudades. En esta ocasión Inma y Mariano, juntos hemos preparado esta propuesta, en dos cartas, invitándoos a un reflexión serena en torno a ello. Porque las guapas del asfalto nos dicen cosas y los gestores y vecinos debemos saber escucharlas y estar abiertos a cambios, hoy más que nunca necesarios.